jueves, 25 de junio de 2009

tocada del sabado

miércoles, junio 03, 2009
PROGRAMA DÍA X DÍA DEL FESTIVAL
Éstos son los programas día x día del festival de música "Lalo Salazar y sus amigos". En ambos días podrán apreciar lo mejor del rock, la canción de autor, la trova y mucho más así que los esperamos. No se olviden las entradas en TUENTRADA de Plaza Vea y Vivanda.
Precios: s./ 13 x cada día y en Abono por los dos días s./ 23

Sábado 27

Daniel F (Cantautor)
Autobús (Banda Rock)
Lito Santos Trío (Banda jazz - rock)
La Tribute Mundial Band (Banda de tributos: Sabina, Calamaro, Silvio)
Daniela Valdizán - Chick (Gran cantante y estupendo pianista)
Dúo “Éramos cuatro” (dúo de Cantautores)
Changofara Reggae Fusión (feat. Daniel Otoya - Cantautor UNMSM Rules)
Alberto Cárdenas - Camilo Vega (Cantautores)
Paco Mejorada - Mónica Cuadra - Pedro Arriola (Cantautores)
José Francisco Ramos - Daniel Ochoa (Cantautores)
Fabrizio Gonzáles - Allin Machuca (Dúo guitarra clásica)


Domingo 28

Silvio a la Carta (agrupación de tributo a Silvio Rodríguez)
Javier Lazo (Cantautor)
Caroline Cruz (Cantautora - trova-rock)
Eduardo Arauco (Cantautor)
La Tribute Mundial Band
Pepe Villalobos - Omar Camino (Cantautores)
Guilad Shmaya Jazz Trío
Kike Pinto Project (Pianista jazz)
Retrovisor (Banda Rock)
Colectivo Urbano (No recomendable, Pez de Marte, Qori) (Cantautores)
Ketty Villaverde - Fernando Rentería (Cantautores)
Jader Tineo (Música andina latinoamericana)
posted by lalosalazar at 9:29 PM

lunes, 20 de abril de 2009

La función cultural de lo fantástico, Lo fantástico como sentimiento y la función del sentimiento de verdad y Funciones y Esencias contradictorias...


Sala de Conferencias del
Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar
Programa
Viernes 22 de agosto de 2008
Inscripción y entrega de credenciales: 09:00-10:00 hrs.
Inauguración: Gonzalo Portals Zubiate, Presidente del Comité Organizador 10:00-10:15
Conferencia Magistral 10:15-11:15 hrs.
David Roas. Universidad Autónoma de Barcelona – España
«Relación de lo fantástico con la idea de lo real»
Homenaje a José B. Adolph. 11:30 – 11:45 hrs.
Vídeo: «La política de la ficción ». Director: Ronald García
MESA 1 11:45-13:00 hrs.
Intrusiones en la ciencia ficción peruana
Christian Espinoza. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«La disolución del cuerpo como goce fantástico. Una lectura
del cuento 'La casa' de Mañana fuimos felices de José B. Adolph»
Rubén Quiroz Ávila. Universidad Complutense de Madrid-España.
«Teatro de anticipación: La caja fiscal tal cual será en 1986 (Lima, 1886)
de Acisclo Villarán»
Daniel Salvo
«La narrativa peruana en tiempos del Halley o el miedo como impulso
para el desarrollo de una ciencia ficción 'autóctona': las ficciones apocalípticas
en El día trágico de Clemente Palma y El fin de la raza de Eduardo Herrera»
Moderador: Elton Honores
RECESO
MESA 2 15:00-16:15 hrs.
Otros mundos fantásticos
Óscar Gallegos. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«Textos excéntricos: El microrrelato y la literatura fantástica en el Perú»
Fernando García. Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
«El horror cósmico en Lovecraft»
Tanya Tynjälä. Universidad Politécnica de Helsinski-Finlandia.
«Panorama de la literatura fantástica finlandesa escrita por mujeres»
Moderador: Daniel Salvo
MESA 3 16:30- 17:45 hrs.
Mundo andino y narrativa fantástica
Richard Leonardo Loayza. Universidad Nacional Federico Villarreal.
«El elemento fantástico en la literatura de la violencia política. El caso
de Adiós, Ayacucho, relato de Julio Ortega»
Eliana Pérez. Universidad Nacional Federico Villarreal.
«Realismo mítico: una propuesta en Rosa Cuchillo de Óscar Colchado Lucio»
Bárbara Rodrigues. Universidade Federal de Pernambuco – Brasil.
«El realismo mágico en El Hablador, de Mario Vargas Llosa,
y L'Enfant de Sable, de Tahar Ben Jelloun»
Moderadora: Tanya Tynjälä
Conferencia Magistral 18:00-19:00 hrs.
Martin Lienhard. Universität Zürich – Suiza.
«Ñuqa manam runapa purinantachu purini («Yo no camino
por camino de hombres»). El 'más allá' en la narrativa oral quechua»
«Ceremonias de lo insólito »
Encuentro de narradores contemporáneos 19:15- 20:45 hrs.
Participan: José Donayre, José Güich y César Silva-Santisteban
Moderador: Elton Honores
Sábado 23 de agosto de 2008
MESA 4 10:00–11:15 hrs.
Asedios a lo fantástico como modalidad expresiva
Daniel Otoya. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«Teoría VI: La función cultural de lo fantástico»
Jorge Ramos Cabezas. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«Selecciones de monstruos. Apuntes sobre las antologías
de narrativa fantástica peruana: los casos de Felipe Buendía, Harry Belevan
y Gonzalo Portals Zubiate»
Jesús Zavala Dávila. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«Mundos periféricos: Lo fantástico y lo real maravilloso: tres casos paradigmáticos»
Moderador: Christian Elguera
MESA 5 11:30–12:45
Aproximaciones a Clemente Palma
Christian Elguera Olórtegui. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«XYZ: El problema de la tecnología»
Eduardo Huaytán Martínez. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«'El último fauno' de Clemente Palma: una aproximación desde la semiótica tensiva
y la dialéctica de la ilustración de Adorno y Horkheimer»
Moderador: Jesús Zavala
RECESO
«Disquisiciones en torno a lo grotesco » 15:00-16:30 hrs.
Participan: Fernando Fuenzalida, Moisés Lemlij y David Roas
Moderador: Alex Forsyth
MESA 6 16:45-18:00 hrs.
Lo fantástico en la narrativa del cincuenta
Elton Honores Vásquez. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«El cuento fantástico absurdo-existencialista en la narrativa del cincuenta:
Alfredo Castellanos, Felipe Buendía y Sara María Larrabure»
Pierre Vandoorne. Pontificia Universidad Católica del Perú.
«La dinámica palimpsestual de lo fantástico en un cuento de Ribeyro»
Nehemías Vega Mendieta. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«Lo absurdo y lo fantástico en Ribeyro»
Moderadora: Mara L. García
MESA 7 18:15–19:30 hrs.
Discursos heterogéneos en lo fantástico peruano
Rocío Ferreira. DePaul University, Chicago - EEUU.
«¿Historias de amor o de horror?: Recursos fantásticos, insólitos y maravillosos
en algunos cuentos de Juana Manuela Gorriti, Clorinda Matto de Turner,
Pilar Dughi y Leyla Bartet»
Mara L. García. Brigham Young University – EEUU.
«César Vallejo: un escritor fantástico».
Jorge Valenzuela. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
«El proceder fantástico en 'La muerte del Dr. Octavio Aguilar' de Wáshington Delgado»
Moderador: Pierre Vandoorne
Conferencia Magistral 19:45–20:45 hrs.
Harry Belevan
“La narrativa de expresión fantástica”
Clausura: 20:45-21:00 hrs.
Actividades paralelas: Exhibición y venta de revistas de literatura peruana
y libros de casas editoriales nacionales. 14:30-18:00 hrs.
Instituciones representadas
Perú:
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Pontificia Universidad Católica del Perú
Universidad Nacional Federico Villarreal
Universidad Antonio Ruiz de Montoya
EEUU:
DePaul University, Chicago
Brigham Young University, Utah
España:
Universidad Autónoma de Barcelona
Universidad Complutense de Madrid
Suiza:
Universität Zürich
Finlandia:
Universidad Politécnica de Helsinki
Brasil:
Universidade Federal de Pernambuco
La Función Cultural de lo Fantástico.
Qué poco rato dura la vida eterna
Por el túnel de tus piernas
Entre Córdoba y Maipú…

Hemos y venimos revisando durante diferentes cursos en la facultad de Letras y CC.HH. de la U.N.M.S.M., pero con especial énfasis en el curso de teoría IV del 2007 (grupo 2), que es donde se forman las reflexiones de este discurso, la tradición de la literatura fantástica, describiéndola como tópico y práctica historiable dentro de la literatura moderna occidental, identificándola como fenómeno relativo a determinada tensión cultural desarrollada en el siglo diecinueve entre algunos padres fundadores del género. Analizando su producción posterior, la cual llega hasta hoy, entendimos, en relación a las reflexiones teóricas acerca de lo leído, que el punto en común en el efecto entre las mismas pasaba por la construcción de posibilidades de verosimilitud (persuasión retórica de coherencia) en torno a cierta ruptura expuesta con el marco de la referencia racional-ista en el espacio imaginario-virtual de La Novela, El Cuento y La Poesía; donde la conciencia y la palabra estaban permitidas de, e invitadas a desembarazarse de la responsabilidad de ceñirse a tesis racionales (o racionalmente expresadas) de las revelaciones verdaderas de la lógica moderna, y proponer posibilidades de fractura de algunos de esos códigos en favor de referencias exóticas a lo esperado por el razonamiento moderno; como por ejemplo romper con el principio de no contradicción, o el principio del tercio excluido, o los principios físicos científicos de esa lógica que intentaba ser lo más extensional posible en sus reflexiones y representaciones.
Esa fractura resultó un canal no solo para las intenciones (tal vez inocentes, tal vez no) de ruptura lúdica, ya en orientación eufórica o en orientación disfórica, de estos autores modernos; sino, también se descubrió a sí misma como un canal de inserción para idearios reprimidos, función que la trascendió en sus intensiones específicas como género, emparentando a la literatura fantástica en buena parte con todo lo absorbido por la literatura ante el auge de la modernidad y su discurso totalizante de la fragmentación, del positivismo analítico; como sucedió con los discursos que derivaron en las novelas de caballería, los cuentos de hadas, o la lírica y dramática clásicas, todas refugiadas en el campo ficcional de la literatura gracias a su falta (su no necesidad) de referencia visual o positiva en sentido extenso para sus revelaciones tanto como por su capacidad emocional de veritación; la cooperación anímica del principio de felicidad del contrato cultural de la lectura moderna, que atenuaba su latente condición subversiva en pro de valorizar positivamente su función lúdica y de entretenimiento, la que le exaltaba para negar así sus otras funciones y excluirla analíticamente de los roles científicos, políticos, filosóficos, etc.), que la deseaba hecha de superficialidad, de reducción y arbitrariedad desde la economía emocional de la óptica cientificista positiva que creyó poder exorcizarse de los fantasmas de la arbitrariedad del signo, de la incompletud discursiva en pos de algún término real de esa manera.
Pero ésta visión cohabitó con otros marcos de referencia imbricados en el campo discursivo de la semiósfera contextual de aquella cultura que le vio nacer, por lo que debió disimular muchas veces esos otros marcos de verosimilitud presentes, a veces provenientes de la cultura popular en la periferia del control modal: en el marco de lo real-grotesco bajtiniano; o también en los irónicos o sutilmente vitales marcos referenciales tras la ideología del discurso culto moderno oficial, como puede verse en la interculturalidad del erudito de finales del XIX (Oscar Wilde, p. ej.). También se presentan en la escisión de sujetos de doble raigambre, por encontrarse en situación liminal entre la modernidad y parámetros paralelos del pensamiento occidental, como sucedió con los constructos que se sostenían a razón de “la fe en lo que no se puede ver”. Igualmente lo que aún es muy pronto para positivar, pero se siente posible intuitivamente (como sucede en la especulación de la ciencia ficción, por ejemplo La vuelta al mundo en ochenta días, de Verne), pero que en todo caso se refiere a algún sentimiento de presencia, presencia intensa; el que muchas veces era parte de algún registro paralelo al moderno que, ante su puesta en falta por la crítica de éste a sus parámetros ideológicos fundacionales, re-aparecía en el ambiguo campo de la ficción literaria (p. ejm. en Frankenstein, de Mary Shelley, donde aún suenan claves del Fausto de Goethe, en su alusión al hombre que no pone límites a su ansia de saber); campo que ya albergaba a textos apátridas, apócrifos en cuanto fuentes de sentido razonable según la razón oficial, ya de orden del marco conceptual medieval cristiano, celta, griego, romano, grecorromano, asiático, árabe, etc. Estos modernos textos fantásticos literarios surgidos en función también de una conciencia idealmente super-independiente, individual, resultado de desvío personalizado, de verosimilitudes particulares, privadas, autorales (el énfasis moderno), generan la fantasía como nombre del espacio vital de la imaginación, constructo de paralelas exploraciones a la utopía, a lo alternativo, a la opción, a la imaginación como altamente experimental e intuitiva: a la co-deconstrucción, a la contradicción en el espacio de la literatura.
Estas poli-verosimilitudes finalmente hablan de las tensiones presentes entre meta-discursos amos, internalizados heterogéneamente la más de las veces en un mismo inconsciente colectivo cultural, que puede posicionar la cara de su conciencia de modo dialogante o de modo imperante con las demás fuentes de sentido culturales imbricadas en su contexto social.
Pueden internalizarse de modo heterogéneo también, en un mismo inconsciente individual, metáfora del anterior, discursos que se contradicen. Individuo éste que a su vez se ve obligado a asumir con conciencia e inconsciencia poética la posibilidad de volver significativas y no abstrusas las contradictorias regularidades-irregularidades fundantes de la percepción y de la interpretación, como se ve en el continuo paradójico diálogo-monólogo de la obra literaria, donde frases como la que canta el epígrafe “qué poco rato dura la vida eterna/ por el túnel de tus piernas/ entre Córdoba y Maipú” desarrollan su función comunicativa sobre sus impredecibles predecibles posibles reconocimientos, ya sean éticos, políticos, científicos, metafísicos, estéticos, eróticos, cómicos, o de cualquier índole respecto de las resonancias múltiples que pueda tener un discurso en su recepción consciente e inconsciente en el campo de una intersubjetividad poli-discursivizada, poli-discursiva, estructuralmente poli-referencial; y bueno, todo esto seguro le va a encantar a mi querido amigo Hanz Polilla, goloso lector de B. Harshaw y sus “flotaciones”; doctor, traductor, editor y escritor a quien debo algunas reflexiones siquiátricas.





Lo Fantástico Como Sentimiento y La Función Del Sentimiento De Verdad.
Muy atómica
Muy rápida
Rápida la vida
Pero ante la dificultad…

El asunto de la duda como lo existencial remite a instancias de tensiones polivalentes axiales del sujeto: por ejemplo nuestra poli-dimensionalidad discursiva enfrentada a la clausura autopoyética, la dimensión subjetiva ante la dimensión intersubjetiva, o lo extenso y lo intenso y lo consciente y lo inconsciente; lo biológico y pasional en función a lo modal y cultural. Estas multi-dimensionalidades se encuentran y anudan en cualquier sujeto real y se manifiestan sistemáticamente, y en función a que pragmático¬-conceptualmente alguna se presente en positivo y las otras se disimulen, para resaltar o expresar una tendencia en función a instancias comunicativas, analíticas y atomizantes, que den cuenta de una toma de posición clara y distinta en el lenguaje para el accionar, por ejemplo “esto digo yo”, vs “esto lo dicen ellos”, o “éste es un artista, y el otro un gasfitero”, efecto que como foco de sentido atenúa la constante inter-determinación mediante la exageración de cierta función como lo esencial (único y privativo) en ambas proposiciones, que eclipsa la articulación vital realizada por cada evento entre las funciones antropológicas, sociológicas, ecológicas, humanas, las relaciones en general; las funciones del lenguaje que Jakobson diseccionó analíticamente en una operación que preservó aquella búsqueda purista de esencialismos, postura que intentaba nutrir la posición de la razón como un nuevo gran Otro, mediante reducciones lingüísticas taxonómicas y ontológicas que volvieran abarcable en una reflexión a todo el universo de complicaciones de lo real aun no reducido por el lenguaje, de aquella razón tan unívoca como el anterior rol de Dios, el nuevo garante del sentido /uno/ ante la muerte de aquella metarrelatividad, dejando por fuera la imbricación de cualquier función que no tuviera que ver con lo esencial e incluso total y privativo de cada compartimento-estanco de tal análisis, que no permite hablar sino metafóricamente (desde el enfoque de la metáfora como desvío) del arte de la gasfitería y de la mundana suciedad del juego semiótico en las artes. También en esa dirección, junto con Stuart Hall y David Morley “Estamos tratando de devolver el proyecto de los estudios del sentido desde el aire limpio de significado y textualidad y de teoría hasta algo más allá abajo” como escriben en el capitulo 13 de Critical Dialogues in Cultural Studies, Londres, 1996.
La duda se encuentra en el fondo de cualquier dramatización, al menos como movimientos y transformaciones, dinámicas o juegos de la referencia en la reflexión, y es ahí donde se puede ver actuar al sentimiento en conjunto con la razón lógica como otro peso en la balanza que hace de cualquier verosimilitud lo más vívido, lo más seguro para la acción o reacción ante alguna percepción insólita. Bueno, no exactamente cualquier verosimilitud, sino exactamente de esa verosimilitud que tuviese más elementos de resonancia identificativa, o tuviera la mayor gravedad en la economía emocional del supuesto perceptor, quien mayormente solo en casos histéricos no podría salir de la duda y siempre apostaría, al menos operativamente (atenuando, no anulando en su latencia y coherencia interna a las del resto), por una de ellas, para vencer la inercia de la confusión, mediante esa apuesta anímica que le da a un verosímil el rango de verdad para permitirle al sujeto actuar, apostar, creer o no: tomar posición ante lo percibido.
Acerca de la distancia y proximidad de lo verosímil para una cultura en relación con lo que lo es para un sujeto “homogéneo” del discurso de esa cultura vale revisar los soportes de la memoria con que actualizan sus reflexiones. La alusión a la enciclopedia cultural se puede entender, desde la mirada del individuo, análoga a la reflexión basada en campos de referencia externos (C.R.E.), asi como los describe Benjamin Harshaw en sus reflexiones sobre ficcionalidad y campos de referencia. A su vez la enciclopedia cultural hace uso de lo inscrito en sus códigos internos de manera similar al proceso de los individuos en la auto-poiesis definida por Maturana e insistida por S. J. Schmidt en su modelo constructivista de la realidad, la ficción y la literatura.
A pesar de que todo documento cultural está impregnado de emocionalidad, lo simbólico reduce esa dimensión a un estereotipo identificable, inscribible en los códigos que pertenecen a la red conceptual de su medio y tal vez en su propia emocionalidad, si se puede hablar del carácter de una cultura, pero se basa en lo expresado o entregado de un individuo hacia ella, un individuo (sujeto textual) que básicamente se apoya en un campo de referencia interna para la total coherencia de su discurso, y que al igual que el campo de referencia interna de las obras de ficción, se debe tanto a las instancias dialógicas con su entorno como a experiencias exclusivas y excluyentes de su receptividad, a espacios de lo no dicho de sus intensiones, sueños, deseos, culpas, fantasías, etcétera en tal sujeto; análogo esto a su vez al espacio de lo no realizado-no realizable del texto de ficción.
La verdad analítica que proclamó la mentira de la literatura, esencializada en torno a la fictividad de su simulación de verosimilitud, fue la conceptualizadora de ese espacio utópico donde la cultura moderna consiguió administrar los restos lógicos resultantes de las operaciones respecto a las posibilidades avasalladas por su cosmovisión positivista, lo que cubría la necesidad factual del flujo de esas ideas como compensatorio contrapeso a las certezas científicas, por lo que no es sorprendente que el arte se haya adelantado en muchos casos a las reflexiones acerca de las funciones de dichos restos; el resto subjetivo, por ejemplo, de tales operaciones positivistas: El Bosco, o Goya (que Freud supo entender mejor que cualquiera), por nombrar algunos surrealistas que no caben en el análisis del surrealismo histórico de la historia positivista, o el impresionismo, el simbolismo, el irracionalismo, el boom de ismos y sus antecedentes ficcionales que también incidieron en lecturas filosóficas como la fenomenología del arte en Heidegger, o las reflexiones de Quine, en torno a la esencia continua de ciencia y filosofía; o de filosofía y poesía, como Derridá sugiere a veces pues el arte en su supuesta inocencia permitía aplicar el sentimiento de verdad de una manera lúdica a especulaciones relativas al complejo del mundo percibido no necesariamente desde el centro deíctico de la razón cartesiana, la duda como método hacia la verdad revelada y sus limitaciones focales; sino desde lo vuelto mundo de referencia interna, o negativa, lo representado, penetrando el espacio que ocultaba estructuralmente el positivismo, lo que dio un gran plus de goce a la literatura fantástica, ya que ambos sentimientos, el sentimiento de ficción y el sentimiento de verdad son instancias reconocibles en lo cognitivo, pues resultan polarizaciones de un mismo movimiento (especulación) entre paradigmas de verosimilitud, donde la apuesta por alguno-s de ellos como líneas de lo verdadero a nivel pragmático, vuelve hipotéticos (posibles no veritados) a las demás referencias, digamos que a las menos pertinentes en el contexto dado: por ejemplo ante un tribunal, ante la madre, o en la soledad, la misma especulación posiblemente seguiría diferentes derroteros retóricos, aun cuando sea siempre en función a probar una misma inocencia. La duda como lo existencial está en función de las antípodas del sentimiento de coherencia discursiva, ante la necesidad de adecuación del discurso a los acontecimientos significativos intensa y/o extensamente, implosiva o/y explosivamente.
La duda finalmente es un agujero, es tan solo la tensión del despliegue de la persuasión entre dos o más verosimilitudes en el movimiento especulativo del análisis y atomización esencializante propio de la pragmática lingüística moderna, reductiva en su función respecto de alguna afirmación clara y distinta.
Ante la esquiva verdad de la vida, la verdad de los discursos que tratan ciertamente de contenerla, aunque se remitan a lo extenso, siempre se actualizarán en función de entender la representación de alguna presencia in-tensa identificable en referencia a lo intuitivo en el campo de la intersubjetividad, una presencia del ánimo, una emoción, es decir, ante una verdad que no existe positiva o extensamente como verdad para todos-siempre, la verdad que insiste es la de la intuición y sus complejos resortes y referencias a estímulos exógenos a la razón como una, sino racio-emocionales; una verdad que insiste en relación (en razón) a una coherencia intrasmisible, autopoyética, y que para hacerse comunicable tiene que atravesar la paradójica condición de completo incompleto del texto-diálogo ficcional en la grande hazaña que tiene de hacer comunicación posible de esa imposible comunión: hacer resonancia significativa de lo íntimo, sin intentar llevarlo más allá, a la impracticable transmisión total del complejo emocional-cultural de un individuo a otro.
Aristóteles decía “todos los hombres desean por naturaleza saber”. Lo verdadero es el objeto propio de este deseo. Por compensación tensiva, suele desearse intuitivamente también saber-que-n0-se-sabe, conservar un espacio para la duda, ya que, básicamente, la actualización constante de la información pragmática implica la necesidad de especular constantemente en alguna medida con lo inesperado a cualquier individuo, ya como respuesta ante la hegemonía del marco totalizante de las referencias modernas actuales, como en la búsqueda de algún saber hacer como crítica a la hegemonía de cierta tesis entre las hipótesis subjetivas que esté barajando un individuo a favor de su capacidad de duda cotidiana, en el caso de que no pusiera nunca en tela de juicio las referencias hegemónicas de su cultura, e incluso, como instinto de supervivencia. Lo fantástico-ficcional-hipotético-utópico es el objeto lúdico de ese deseo, de ese sentimiento, el lugar donde especular, tener la certeza de la no-certeza como catalítico del ánimo y sus intenciones metódicas, lugar de habitación de las utopías; el saber que no se puede saber todo como auto afirmación y estabilización de la contradicción de cualquier toma de posición, finalmente.




Funciones y Esencias Contradictorias, Economía de lo Simbólico y lo Emocional.
Porque ese cielo azul que todos vemos
No es cielo
Ni es azul.

Hemos indicado que las contingencias conceptuales suelen ser dimensiones polarizadas de cierta presencia continua que las unifica: el centro deíctico que las actualiza en función a su receptividad cognitiva, tanto como a la funcionalidad de los conceptos entre sí, todo lo cual genera que, mediante un análisis de su pertinencia, tomemos posición o actuemos en relación a la apropiación de la tendencia hacia un lado de una gradiente tonal en el color-tiempo metafórico, del nudo de valencias contingentes, atenuando su resto: la atenuación del contorno para el resalte del foco y viceversa; estímulos que por economía simbólica a veces percibimos como una marca uniforme como con las fotografías a blanco y negro tramadas hace la visión.
En el campo de la conciencia euforia y disforia no resultan excluyentes, sino que se conducen en relaciones tensivas paralelas interdependientes, generando algunos cuadros típicos dentro de una variabilidad infinita. Cuadros maniáticos o depresivos suelen presentarse concatenados, revelando su estrecha interdependencia, pero solo la máxima polarización en el transito entre ambas suele llamarse así, digamos que las manías cotidianas o las depresiones comunes, no ligadas a la maniaco-depresividad suelen ser matices en esa gradación policromática de los eventuales estados de ánimo, que se ven compensados por otros movimientos del ánimo e impiden desarrollar la “enfermedad” de la espiral maniaco-depresiva. la policromía basada en la adición de tres colores en los impresos es otro ejemplo de la capacidad de esconderse de los estímulos de base, primarios, en función de cierta articulación que se hace con ellos, o en las elucubraciones freudianas acerca del inconsciente como ajeno al pensamiento consciente pero que le nutre y define en gran manera, postura revista por Lacán, quien también promueve finalmente cierta integración de las discontinuidades analíticas, por ejemplo al decir que el pensamiento simbólico siempre fue importante para el pensamiento científico, o emparentar el trabajo del sicoanálisis con la poesía.
El Sócrates del diálogo platónico con Gorgias, le exige a los sofistas que se definan en cuanto al ser o no ser de las cosas, interrogando a sus interlocutores todo el tiempo de este modo: ¿es o no es así esto? La retórica aristotélica pragmática es analítica, los silogismos y entimemas funcionan con ese paradigma de corrección. La ciencia moderna asumió estas estructuras como naturales al método de la razón “pura”.
La contingencia de tales estructuras no fue replanteada sino hasta la alta modernidad, como llaman a la cara pop de la posmodernidad, la económico-liberal, paralela a la posmodernidad académica, de la cual sus planteamientos suelen ser conocidos pero no llevado hasta sus últimas consecuencias por la recurrencia de reflexiones que no se permiten pasar de lo analítico-lógico hacia estatutos paradógicos en lo actual, a las relativas relaciones-desconexiones entre lo periférico y lo central en el pensamiento y en el mundo, sino que se interna cada vez más en el análisis y la atomización del conocimiento en la búsqueda de esencias puras del sentido, de lo real, lo uno y estable, etc.
La contradicción, lo múltiple, lo que es y no es, siempre fue el motor del intento de revelación de la metáfora; su prismática, que analizada por la retórica, el psicoanálisis y la filosofía del lenguaje aparece como la última esencia de la comunicación, pero ¿qué es por ejemplo para la retórica la metáfora, “las perlas de tu boca”? Pues entre otros movimientos, el que permite primero focalizar algunos semas del campo semántico de un término, p ej. perlas: blancas, brillantes, resistentes, naturales, mientras quedan atenuadas por impertinentes el resto (marinas, redondas, sedimenticias, etc.) para su movimiento hacia el término antípoda-simil en su tensión figurativa.
Análogamente la percepción y la expresión mediatizadas siguen el mismo patrón de focalización, por economía simbólica en la percepción se resalta lo interesante y se atenúa el resto. En la expresión propia, cualquier toma de posición implica la exageración de ciertos factores y la inhibición de otros contradictorios o paralelos para exteriorizar así en forma de diálogo una posición que, siguiendo la tensión discursiva, se polarice en relación a tomar una actitud ora cooperativa ora polemizante con nuestros interlocutores, sin que como ya hemos dicho sean excluyentes ambas actitudes, las que pueden cubrir matices de unidad a niveles profundos, como sucede en la polémica operativa, donde se está cooperando en cuanto no se coopera; es decir, se discute, se polemiza, se somete a juicio pero desapasionadamente, a pesar que se exponga pasionalmente en la superficie, o como en las competencias deportivas sanas, que “saben” que finalmente se trata solo de un juego; pero no solo es un juego, la apuesta anímica por lo que me parece ahora cierto, e incluso real, es la función de la toma de posición, pero esta debe ser vista también como no discontinua de la duda, es decir del agujero por donde se asoma la cara de un plano del complejo discursivo, del conflicto del pensamiento entre lo real, lo simbólico y lo imaginario, nudo con el que replanteaba la idea de inconsciente freudiano Lacan en sus ultimas enseñanzas, quien sin embargo al parecer persistió en la fragmentación en su crítica al estructuralismo, yendo hacia la polarización significativa total del vacío, de la ruptura del sentido con lo real como lo real último, aunque prefiero apostar a que, como poeta, sabía que debía exagerar para trasmitir significativamente su posición, su claro contrapeso al positivismo.
Sin embargo, estas primeras lecturas logicistas de sus palabras coadyuvaron a la pragmática socioeconómica capitalista en el contexto en que se proclamó posmoderna en una suerte de milenarismo de la banalidad, donde cualquier cosa puede ser dicha, o vendida pues ya no habría meta relatos reguladores, ya no se les necesitaría, pues tras el análisis “posmoderno” se le creyó posibles de extirpar, anunciando paradójicamente que en verdad no hay verdad, en el marco del vale todo más sofisticado del capitalismo seudo-liberal avanzado y su analítica alta modernidad, que no cede en su goce relacionado al purismo de un garante del supuesto saber, sino que lo sutiliza, lo vuelve estructura sin nombre, lo que retira las condiciones en superficie del ente que actua en referencia o en razón a un meta relato, el rol de sujeto filosófico, de protagonista de la historia, de actor político, de juez ético e incluso de creador estético ante la tacha del sujeto, en pro de las instituciones modernas estandarizantes, a través de la masificación de las diferencias formales y productos “individualizados” en torno a un único modelo de valor de cambio, controlado por las mega potencias financieras y políticas en pos de la acumulación de capital, en un doble discurso, que por un lado desde los posmodernos académicos que exigen no incurrir en un meta relato, cuando esa exigencia ya lo es de por sí, inconscientemente intenta perpetuar el modelo, y por el otro, el de los modernos seudo-pos (que suelen ser los mismos anteriores) que esconden el progreso dentro del egoísmo individual. El discurso que segrega las funciones del lenguaje es el mismo que separa a los hombres de los científicos, seres sociales, actores, poetas, políticos, filósofos, y si tal disección es posible en el campo del análisis semiológico no es el único sugerente en el campo antropológico, pues bien dice Luis Britto “El ser humano es, en efecto, un sistema de integración e implicación mutua de funciones y discursos: toda organización social no es más que un arreglo específico de conexiones entre ellos”. El mismo autor al final de su ensayo: El imperio contracultural: del rock a la posmodernidad, llega a esta otra afirmación, con la que yo también doy por terminada esta elucubración, recordando antes que, en economía poética, oí por ahí que para hacer de un sentimiento propio algo significativo, estructuralmente hay que exagerar, pasarse… (“Yo digo la verdad, pero no toda…”: lacan p. ej. en Televisión) y bien decía Pablo Guevara, “Todos los poetas son unos exagerados.”
L. Britto: “En el momento cuando el discurso de la postmodernidad académica ha agotado todo lo que tenía que decir –o sea, nada- , la Utopía tiene la palabra.”




Una palabra no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
Igual que el viento que esconde el agua
como las flores que esconden lodo
Una mirada no dice nada y al mismo tiempo lo dice todo
Como la lluvia sobre tu cara, o el viejo mapa de algún tesoro
Como la lluvia sobre tu cara, o el viejo mapa de algún tesoro